miércoles, 2 de diciembre de 2009

Mejor que ayer


Hoy comprendí que la tristeza en grandes dosis puede resultar benéfica para el insomnio. Hace tiempo que no perdía la conciencia por periodos tan prolongados. Claro la tos ayuda, me agota y me anestesia, y el llanto también produce un efecto similar. Son más de las dos de la tarde y yo sigo en mi pijama, la ventana me dice que es un lindo día -despejado y soleado-. Quizá en un momento más salga a ver qué pasará el día hoy, desde ahora siempre esperando que sea mejor que el anterior.